Dios en su infinita bondad jamás pondría una ley dentro de los parámetros
que ambos están planteando. No es así que funciona la ley del karma. No es en
esos principios que se basa esa ley, por el contrario. Dios jamás creó el mal,
porque es contrario a su propia naturaleza. El mal es relativo y pasajero y es
una degeneración del bien. Quien piense que el sufrimiento es un rescate del mal
que se practico en otras vidas, se engaña. El sufrimiento apenas nos da la medida
de los errores que cometimos, jamás sirve como pagamiento de cualquier culpa. Dios
es justicia absoluta, el dolor es contrario a él. El dolor es un indicador de
toda la desarmonía que provocamos, y que en algún momento deberemos equilibrar.
El Planeta Tierra se encuentra bajo esa ley, así como muchos otros, pero
también los hay, los que ya se han libertado de ella, donde son regidos por el
equilibrio del amor. Los que vinimos a éste planeta, no fuimos muy buena cosa
en el pasado, por eso vinimos aquí, y el velo puesto que impide que lo
recordemos, es para protegernos de nosotros mismos, porque muchos no
soportarían saber de su pasado oscuro.
Si hubiésemos sido seres tan iluminados y evolucionados, con certeza no
estaríamos en éste planeta. Obviamente existen las excepciones de seres iluminados
y evolucionados, que vienen en carácter de misión, justamente para ayudarnos en
éste proceso de transición y transformación en el cual estamos inseridos. Es
éste un plano de expurgo de limpieza, una gran lavandería, en la cual vinimos a
limpiar y depurar nuestro ser, para poder así ascender, juntamente con la Tierra,
para una vibración de amor de equilibrio, más sutil, de verdadera fraternidad,
Solidaridad, generosidad, donde la felicidad se hace perenne, y los
sentimientos y acciones contrarias al amor, son tratadas como enfermedad.
Debemos hacer nuestra parte, para ser participes de ello, de lo contrario
seremos atraídos a otros planos menos evolucionados, donde tendremos la misión
de enseñar el amor, justamente a ese amor que, que por orgullo, egoísmo,
ignorancia, no lo practicamos aquí.
Para comprender un poco mejor el Karma, solo tenemos que mirar a nuestro
entorno, enfermedades, deficiencias, pobreza, hambre, carencias de toda índole,
guerras, terremotos, inundaciones, ataques terroristas etc. etc. etc.
Donde queda la justicia divina en todo esto, que es lo que hace más
merecedores de ese sufrimientos unos a otros??? Son el mismo peso dos medidas???
Donde radica sus pecados, si cuando nacemos, todos somos inocentes; Que
determina esa experiencias de vida con tanto sufrimiento??? O por acaso el creador
en su infinita bondad es parcial???
Donde queda su benevolencia, perdón, amor incondicional???
Amo a Dios!!! Y es a través del Karma que puedo apreciar su infinita
bondad y justicia para con todos sus hijos, sin diferencias, totalmente imparcial.
El nos dio todo lo que necesitamos para ser felices, nos dio el poder
del discernimiento, el conocimiento del bien y del mal y como si fuera poco, la
libertad del libre albedrío, somos nosotros que elegimos como transitaremos por
éste camino. Nosotros elegimos a cada instante, con plena conciencia, que el amor
siempre genera amor y el mal lo mismo. Sea en ésta vida o dentro de centenas de
años, lo que hagamos hoy, determina como será nuestro mañana. Tenemos el poder
absoluto en nuestras manos de nuestras vidas. El bien y el mal, caminan juntos,
pero quien elige uno de esos caminos difícilmente andará por el otro. Todo
aquello que hagamos, sea lo que sea, siempre va a generar una reacción, la cual
debemos arcar con sus consecuencias. No somos victimas de absolutamente nada.
Somos seres en pleno desenvolvimiento espiritual, las experiencias dolorosas
que provocamos, nos enseñan que no debemos herir a nuestros semejantes. Por lo
tanto el sufrimiento es educativo, nos sirve de experiencia para que no
volvamos a cometer los mismos errores. En suma el dolor enseña el amor.
Amor por todos nuestros semejantes y a todo cuánto existe. Amémonos los unos
a los otros, sin condicionamientos, sin rótulos... Porque es solo a
través del amor que lograremos la unidad!!!
Maria Soledad Piñeiro.
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