jueves, 5 de julio de 2012

Vivamos un día, a la vez...

Debemos vivir un día a la vez. No nos esforcemos ni precipitemos haciendo planes para mañana, porque mañana puede no llegar. Disfrutemos el día de hoy plenamente, disfrutemos-lo como si fuera nuestro último día. Hagamos todas esas cosas hermosas que hemos anhelado hacer, no de cualquier manera o sin pensar, sino con verdadera Alegría. Seamos como un niño que no piensa en el mañana y que ha olvidado lo que pasó el día anterior, pero que vive como si el único momento que importara fuera el ahora. El ahora es el momento más excitante que hayamos conocido, de modo que no perdamos ni un segundo de él. Vivamos completamente, listos para que cualquier cosa pase en cualquier momento. Cuando vivimos de esta manera estamos preparados y abiertos a cualquier cosa que pueda ocurrir. Los cambios vendrán, y vendrán muy rápidamente. Elevemos nuestro corazón con profunda gratitud cuando vengan uno por uno.
Debemos ver siempre lo mejor en cada cambio que tenga lugar. Porque ellos son preciosas oportunidades, que nos brinda el creador, para que podamos experimentar y vivir intensamente, esta maravillosa dádiva llamada... Vida!!!
Abrazos de luz.

Maria Soledad Piñeiro.

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