Es natural en
nosotros seres humanos, el idealizar a las personas. Proyectamos en ellos
nuestro ideal, nuestro querer, de cómo nos gustaría que fueran, negándonos
muchas veces, a ver como son en realidad. Mismo sabiendo, preferimos
ignorarlo. Y cuando ellas no corresponden a nuestras expectativas, sufrimos.
Pasa mucho con el matrimonio, una relación. Cuántas veces mismo siendo consientes
de todos los defectos, o mismo de la forma de ser de la otra persona que nos
molestan, no nos gusta, pero decimos: cuando estemos juntos todo va a
cambiar. Sera??? No quiero decir que las personas no puedan cambiar o
mejorarse, pero no siempre sucede. Debemos ser realistas a ese respecto para
no caer en nuestra propia armadilla. Porqué cuando percibimos que nada ha cambiado, que
nada de lo que creíamos se modifico mágicamente, nos
decepcionamos. Ahí comienzan los des-entendimientos, las cobranzas, vemos
poco a poco, nuestros sueños, desmoronarse. Eso solo pasa, porque nos
comprometemos, no con el original y si con nuestra ilusión. Ahora, quien
es en verdad el responsable de eso??? Debemos ser sinceros con nosotros mismos. Las
otras personas, no pueden adivinar, cuáles son nuestros propósitos, ellas son
como son, o las amamos así y la aceptamos tal cual son, o estaremos
creando para nosotros una fantasía, que seguramente nos traerá
sufrimiento. Por eso es muy importante no engañarse a sí mismo. Debemos asumir
ya sea una relación de pareja, una amistad, el trabajo etc. consientes de como
son en verdad. Con eso evitaríamos muchísimo sufrimiento des-necesario. Sin
nunca olvidar que: “Somos nosotros los únicos responsables por nuestra
felicidad o infelicidad”
“Es nuestra comprensión
y actitud delante de ello… que hará la gran diferencia”
Amemos-nos y
amemos… Procurando antes corregir en nosotros… lo que tanto nos molesta en
otros!!!
Recordando
que: “Los otros son nuestro espejo”
Maria Soledad Piñeiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario