Debemos buscar
y encontrar la verdadera libertad del espíritu, porque donde hay verdadera
libertad, hay paz, y
donde hay paz, hay
amor.
Y el amor es
el que abre todas las puertas. Donde hay amor, no hay crítica, no hay condena ni juicio, porque sabemos
y entendemos que todos somos uno en nuestra propia esencia divina. Podemos ver a
la familia de la humanidad y a todos creados a imagen y semejanza. Vemos más allá de lo
exterior, vemos al verdadero corazón de lo que importa, donde no hay separación, donde todo se funde
en completa unidad.
Podremos
ver lo mejor en todas las cosas y en todos los seres. Cuando
tenemos paz interior,
no perdemos más tiempo tratando de cambiar a otros. Nosotros
aprendemos a ser. Y siendo creamos un sentimiento de unidad con toda la
vida.
Y la paz y el amor reinan supremos!!!
Abrazos de luz.
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