Queridos hermanos, he recibido muchos mensajes, pidiendo que profundizara un poco más, en lo que tiene a ver con el espíritu...
Muchos me han manifestado el temor que les tienen, por considerar
que son ellos malos. Voy a procurar detallarles de la forma más clara y simple,
mi experiencia con ello.
Los
Espíritus nada más son, que personas como usted, como yo, como cualquier uno de
nosotros, pero que ya no poseen un cuerpo material.
Ellos
están por toda parte, entre nosotros, y por diferentes razones. No son
fantasmas, ni mucho menos demonios, como muchas veces son llamados. Obviamente
que así como los encarnados, los hay buenos y malos.
Todos los días a cada instante, mueren en el mundo entero,
centenares de personas de diversas maneras. Entre ellos, personas esclarecidas,
que vivieron sus vidas con dignidad, respeto y por sobre todo, con amor en sus
corazones. Ellos al desencarnar reciben ayuda inmediatamente, y son llevados a
su nuevo hogar, que será de acorde a su vibración, donde tomaran conciencia de
su vida espiritual, comenzando allí una nueva vida, de estudio, de trabajo, que
dependiendo de sus necesidades, comenzarán a prepararse para nuevamente
reencarnar.
Esas
colonias espirituales están próximas a la orbe terrestre, allí a pesar que el
tiempo no existe como es para nosotros aquí, de igual manera tienen el día de
24 hrs, con días y noches como aquí en la tierra. Eso es para que el espíritu
recién desencarnado, no sienta tanto la diferencia y pueda adaptarse más
rápidamente. De la misma forma los alimentos, que son poco a poco sustituidos
por jugos, líquidos etc.
Porque
cuando el espíritu llega trae consigo todas las sensaciones y siente las mismas
necesidades, de cuando estaba en la materia. Y eso poco a poco lo va perdiendo
en más o menos tiempo, dependiendo de cada uno. Es que al desencarnar, el
cuerpo astral mantiene la misma forma e imagen del cuerpo físico.
Nada
cambia para ellos, salvando las diferencias, se sienten tan vivos, como cuando
estaban encarnados.
Luego
poco a poco van recordando y re-aprendiendo a vivir con el cuerpo espiritual,
tomando conciencia del cuerpo mental, y de las capacidades que le confiere, así
como levitar, plasmar objetos, comunicarse telepáticamente etc.
El espíritu
no olvida quien fue en la tierra, ni corta los lazos afectivos que contrajo en
ella. El de apoco toma conocimiento
de su dimensión como espíritu, puede incluso reencontrar a otros que con el
compartieron en esa u otras vidas. El amor que unió a todos ellos, no se pierde,
ni se termina, solo se transforma. Se forman así grandes familias espirituales,
que se agrupan por afinidades. Eso no quiere decir que rigurosamente van a estar
encarnando siempre juntos, no, no es así. A no ser que sea necesario. Cada uno
va a volver, de acuerdo a sus propias necesidades re-encarnatorias. Sucede
muchas veces, que algunos sin tener necesidad de volver, igual lo hacen,
adelantan su regreso por amor, para ayudar algún ser querido, en alguna prueba
difícil que le toque vivir aquí. Eso se da frecuentemente, principalmente entre
padres e hijos.
Ahora
cuando se trata de Espíritus endurecidos, orgullosos, materialistas, cuando
desencarnan reciben asistencia, igual que todos, solo que la rechazan, porque
no aceptan su nueva condición.
Muchos no
creen estar muertos, porque sienten las mismas necesidades de cuando estaban
encarnados, ven y tocan su cuerpo astral y no quieren percibir las diferencias.
Muchos se
desesperan al querer continuar sus vidas normalmente y sufren al ser ignorados,
y con la indiferencia que reciben de sus seres queridos. Así pueden pasar años
apegados a sus bienes materiales y a sus familiares. Ejerciendo así un tipo de
obsesión. Durante ese período, son muchas las veces, que espíritus amigos
buscan aproximarse de ellos, envolviéndolos con energías benéficas, queriendo
ayudarlos, pero ellos se niegan a recibir ayuda, por querer permanecer allí.
Es muy
triste cuando éstos espíritus endurecidos desencarnan, por un accidente o están
heridos, porque ellos sienten todo el reflejo del dolor en su cuerpo astral y
sufren muchísimo.
También
sucede con espíritus, que son reincidentes en el mal, que vienen de sucesivas
vidas provocando sufrimiento a sí mismos y a otros, son ellos totalmente
ausentes del amor, y cuando desencarnan, sus víctimas que no han conseguido
perdonar, están a su espera para vengarse, llevándolos a lugares deprimentes,
donde son sometidos a todo tipo de barbaridades.
Esos
lugares están localizados en el Umbral. Son lugares horribles, donde hay varios
niveles, cuanto más densa la vibración peor es el nivel.
Es
terrible el olor, la densidad, la oscuridad y principalmente las criaturas que
allí habitan.
Esas
criaturas son espíritus desencarnados, que viven en la ilusión del mal, del
poder, del ego. Sus cuerpos espirituales van perdiendo la forma humana y
adquieren formas animalescas de acorde al lugar en que viven y se movimientan.
Llega a ser indescriptible lo que allí se ve. Difícilmente pueda existir peor
infierno.
Esas
criaturas pueden pasar mucho tiempo así, hasta que puedan ser rescatadas, por
la intervención amorosa, de algún ser querido, que desencarnado y en condiciones
de ello, todo hace para encontrarlo y removerlo de esa situación, que con la
ayuda de espíritus amorosos, lo van envolviendo en energías de amor
restauradoras, hasta que pueda el reaccionar y querer aceptar esa ayuda.
Como les
dije, es ese un verdadero infierno, pero él no está ajeno a nuestro generoso y
buen padre. Mismo en ese lugar, que aparentemente es del dominio del mal, el creador
tiene el poder absoluto.
Ese lugar
existe porque es necesario, es como si fuera una gran lavandería, dónde debe
ser removida toda la suciedad.
Una de
las tantas cosas que de allí me impactaron, fue ver muchísimas criaturas, sumergidas
en un lodazal, en total estado de demencia, pidiendo que de allí las sacaran.
Mi
corazón se llenó de desespero e impotencia al presenciar semejante sufrimiento.
Los
espíritus socorristas y mi protector que me acompañaban, prontamente me
explicaron que aquel lodo era un remedio para su cura, así como nosotros
tomamos remedios amargos para recuperarnos de alguna enfermedad. Me explicaron
que aquello a pesar de doloroso era necesario, porque sus cuerpos espirituales
debían ser depurados, porque pronto iban a encarnar, y de no pasar por esa
limpieza, difícilmente la madre
que los abrigaría en su vientre, resistiría a esa energía tan densa.
Todo es perfecto
y a cada día veo la mano amorosa del creador en cada cosa y su infinito amor
para con nosotros sus hijos.
Ningún padre
abandona a sus hijos, dándole la espalda, dejándolos a su propia suerte, ningún
padre desiste de rescatar, de recuperar a sus hijos, cometan ellos el error que
sea. Y mucho menos él, que somos su creación, somos su propia esencia
materializada. Es por esa infinita bondad, que mismo en ese lugar tan triste,
sus hijos no son abandonados. Porque cualquier criatura que allí este, y que
busque en su corazón el resquicio del amor olvidado, y pida ayuda,
inmediatamente esa ayuda es enviada, y de allí son rescatados, si ese es su
deseo. Es impresionante como hasta en esos momentos, el respeta nuestro libre
albedrío. Somos siempre nosotros que elegimos. Por eso no importa lo que
hayamos hecho en el pasado. Comencemos ahora una nueva vida. Perdonando a quien
nos haya herido y sobre todo perdonando a nosotros mismos. Seamos más
tolerantes, respetando las diferencias. Cobremos menos de otros, actitudes que
muchas veces, nosotros mismos no las tenemos. Seamos más solidarios y comprensivos.
Busquemos siempre ayudar a quienes necesitan, pero sin esperar recompensa. Que
lo que demos con la mano derecha, la izquierda no lo vea.
Aprendamos a escuchar más, así para eso debamos hablar menos.
Seamos un hombro amigo, una mano extendida y no jueces implacables. Busquemos
la alegría y no demos cabida a la tristeza.
Seamos felices
con lo que tenemos aquí, ahora, así no sea todo lo que deseamos, pero de seguro
es lo suficiente.
Seamos
buenos padres, buenos hijos, hermanos, esposos, esposas, buenos amigos...etc.
No
olvidemos que todo comienza en nosotros.
Busquemos
siempre el amor en nuestros corazones, es él que nos mantiene unidos al creador.
Y cuando nuestro ser rebosa de él, lo reflejamos en todo nuestro entorno,
alcanzando cada rincón. Llevemos Luz, por donde quiera que pasemos. Sin
importar la raza, credo, religión o el idioma que hablemos. Porque es el amor
el único lenguaje entendido por todos.
Seamos
mejores a cada día, libertándonos de miedos, culpas, frustraciones, dejemos más
liviano nuestro equipaje, muchas veces cargamos cosas que ya no nos pertenecen.
No pretendamos cargar con cargas de otro, porque no es esa nuestra
responsabilidad. Si, podemos ayudar para que su peso sea más soportable y
llevadero.
Seamos
partícipes activos de nuestras vidas, tomando las riendas de la misma.
Busquemos siempre la comunión con todo.
Busquemos
fuerza y cobijo en la oración, y cuando lo hagamos, no olvidemos de
primeramente agradecer. Agradecer por nuestra existencia, por estar aquí ahora,
por haber recibido la inmensa dádiva de la vida que es ella nuestro mayor tesoro.
Y al pedir no olvidemos de hacerlo por nuestros hermanos encarnados y
desencarnados, pidiendo por ellos esclarecimiento, alivio, y muchísima Luz,
para que sean iluminados, donde quiera que estén.
Nunca
debemos pedir ayuda, para un ser querido que ha partido, porque él al no
podernos ayudar, se entristece y eso le hace daño. Debemos enviarles siempre
mucha luz, pensamientos de amor y de confort, eso los ayuda muchísimo en la
aceptación de su nueva vida. Porque ellos sienten, nuestro dolor y desespero,
sufriendo con ello. Por eso generalmente enseguida de su desencarne, los
mantienen adormecidos, para que no les afecte el dolor de sus entes queridos
que aquí quedan, despertándolos solo después que todo esté más calmo.
Por eso
son fundamentales nuestras oraciones; que deben estar repletas de amor, y de
fe.
Ellas tienen el poder de: Rescatar, aliviar y confortar… Que al
derramarse como una lluvia de luz dorada envuelve e ilumina los lugares más recónditos.
Abrazos
de luz.
Maria
Soledad Piñeiro.
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